¿Quién no ha visto una pintura de un payaso llorando? Uno de los cuadros tan clásicos como el de los perros jugando poker, sólo que en esta ocasión me limitaré a explicar el primero.
Sólo una persona que sufre y que no puede sonreír sabe cuánto vale una sonrisa y conoce el amargo sentimiento de no poder externarla. Por eso dedica sus días a hacer sonreír a los demás, a evitarle a sus semejantes la desgracia por la que el atraviesa y que no desea a nadie.
El payaso se alimenta de las sonrisas ajenas; satisfecho de alejar a los demás del camino que él recorre.
Pero nadie se interesa por la sonrisa del payaso y , aún cuando ocasionalmente alguien se preocupa por su sonrisa, el payaso procurará que parezca real para que la persona no deje de sonreír, enterrando más profundo su tristeza y su desdicha.
Pobre payaso, pero... así es la vida.
1 comentario:
Se me hace tan doloroso que alguien no pueda disfrutar de una sonrisa, de una carcajada llena de emociones aunque tambien se me hace tan loable alguien que se preocupe por hacer sonreir a los demas, sin embargo aun sigue siendo triste que esa persona no pueda ser feliz por si mismo, por que conformarse con hacer felices a los demas???
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