sábado, 3 de marzo de 2012

Nunca

Nunca mi pluma perdió la tinta,
ni mi mano el deseo de escribir,
nunca estuvo mi musa extinta,
ni un día mi corazón sin latir.

Nunca paso día sin extrañarte,
y a veces en mujeres te imagino.
Soñando que logré encontrarte
emocionado les regalo mi cariño.

En este juego las equivocaciones
se suelen pagar con alto precio:
Un espiritu cubierto de raspones,
el alma sumergida en el silencio.

Errores suficientes de cupido
habían logrado transformarme
y para ya no mas atormentarme
dejé mi corazón en el olvido.

Esa es de mi soledad la razón...
Si en verdad no he de alcanzarte
¿Cómo hago que mi ciego corazón
detenga la locura de encontrarte?

Agustín Ceballos